Cuando los celos entre hermanos vuelven…

Las que me seguís a través de redes sociales (Instagram, Facebook y Twitter),, sabéis que estamos atravesando una etapa complicada con las peques. Cuando los celos entre hermanos vuelven por diversos motivos que los «reavivan», es importante «hilar fino».

Ya os he hablado de este asunto en otras ocasiones. Tratamos cómo prevenirlos durante el embarazo, qué hacer cuando aparecen con la llegada de un hermano y  también os describí una magnífica estrategia psicológica para paliarlos: la del «tiempo especial». Realmente es un tema que me preocupa.

Hoy vengo a contaros mi experiencia con un nuevo episodio de celos por el que está pasando mi hija mayor. Es indudable que cuando estamos educando y criando un hijo tenemos en nuestras manos algo delicadísimo. Tratamos con personas tremendamente vulnerables a nuestra acción sobre ellas.

Por suerte también cuentan con sus propios recursos. Por tanto, a pesar de nuestras torpezas, siempre existe la posibilidad de que adquieran fortalezas en otros ámbitos o con ayuda de otras personas y sean capaces de superar ciertos baches por sí mismos. Pero hemos de poner todo nuestro empeño por cumplir lo mejor posible con el papel que nos corresponde.

Y en ello estamos…De un tiempo a esta parte, más o menos desde que comenzó el verano y por tanto algunos cambios de rutinas, venimos observando ciertas alteraciones en el comportamiento y actitud de nuestra hija mayor. Para que os situéis: tiene 4 años y su hermana pequeña 2.

Señales de alarma que nos han hecho pensar que estamos atravesando un nuevo episodio de celos:

 

  • Aunque durante el día, hay momentos en los que se le ve feliz, sonriente, divertida…Desde mi punto de vista, se suceden demasiados en los que la veo más seria de lo habitual, enfadada, decaída…
  • En muchas ocasiones percibo reacciones de rabia desproporcionadas contra mí y contra su hermana.
  • Se han incrementado e intensificado las peleas entre hermanas. Bien porque les interesa siempre el mismo objeto o porque compiten por estar conmigo.
  • Detecto ciertas «regresiones» a etapas anteriores en su desarrollo. Cogerle el chupete a su hermana a escondidas, pedirnos que le preparemos el vaso de leche que suele tomar antes de acostarse en un biberón…
  • Suele ser una niña muy dulce y obediente, pero últimamente ha comenzado a mostrar actitudes de rebeldía contra lo que se le propone. A la hora de vestirse por la mañana, ducharse por la noche, irse a la cama, la comida…
  • Está durmiendo peor de lo habitual, despertándose en una o varias ocasiones durante la noche y reclamando mi compañía.
  • En ocasiones llora desesperada y comenta abiertamente que su hermana tiene mayores privilegios que ella a la hora de estar conmigo. «Le miras y a mí no», «Siempre se sienta a tu lado», «Siempre se acuesta junto a ti», «Siempre es la primera»…

Todas estas situaciones, que os aseguro que me resultan duras de afrontar, me hacen tener claro que de nuevo nos enfrentamos al fenómeno de los celos. Sé, como ya os adelanté en entradas anteriores, que no debo asustarme, al menos de momento. Nos guste o no,  los celos forman parte del desarrollo normal de los pequeños. Si conseguimos encauzarlos bien, harán que salga fortalecida y que adquiera buenas herramientas de gestión emocional que le serán muy útiles en el trato con otras personas a lo largo de su vida.

Sabe Dios que nada de esto se debe a que no le preste atención a mi hija o no reciba el suficiente cariño por mi parte. Aunque no pueda evitar sentirme culpable, siendo objetiva, pienso que no sería justo deducir eso.

Pero independientemente de quién sea o no culpable y de cómo estemos haciendo las cosas, lo cierto es que nuestra hija está sufriendo y necesita de nuestro cariño y ayuda.

Posibles causas de su actitud y malestar:

 

  • La etapa en la que se encuentra su hermana pequeña (2 años), conlleva grandes avances y cambios en su desarrollo que requieren especial atención por nuestra parte. Ha dejado el pañal, ha comenzado a dormir en cama, le estamos retirando el chupete, le estoy preparando para su inicio en el colegio a partir de septiembre -acudirá al aula de dos años del cole de su hermana-…
  • La pequeña está atravesando una etapa de mayor necesidad de apego conmigo. Está más cariñosa de lo habitual, reclama abrazos y besos. Busca que le coja en brazos y dormir a mi lado (cuando era más peque no lo hacía tanto). En ocasiones saltan las llamadas «rabietas». Y también la veo muy posesiva conmigo. Es decir, no le  gusta que otras personas se acerquen demasiado (incluyendo su hermana). Les dice claramente «es mi mamá», e incluso a veces les empuja. En ocasiones no permite que otras personas se encarguen de sus cuidados sino que reclama que sea yo quien lo haga.
  • El carácter y la forma de ser mi mayor creo que también influyen. Es especialmente sensible y delicada. Necesita que le manifiesten mucho cariño y aprobación. Es muy empática y observadora y es muy fácil hacerle daño porque le afecta mucho todo lo que se le dice.
  • Dado el periodo del año en el que nos encontramos (verano), se han dado una serie de cambios que podrían estar afectando también. Hay más horas de luz al día que dificultan que sienta necesidad de irse a dormir a su hora. Va a la «escuela de verano» en la guardería de su hermana, cuando el resto del año acude al colegio. Por tanto acude a otro centro, con otros compañeros, otros horarios y actividades, otras cuidadoras… El horario y actividades que llevamos toda la familia también se ha visto ligeramente variado. Y por otra parte, estamos recibiendo bastantes visitas de familiares y amigos.
  • El hecho de que esté durmiendo peor también le hace estar más cansada e irritable y le dificulta sobrellevar todos los retos a los que se enfrenta.

Como sabemos, los niños son especialmente sensibles a los cambios. Los que os he narrado, sin duda lo son. Algunos además, especialmente importantes. Pienso que todo esto puede haber hecho que nuestra peque se sienta mal y no sepa como manejarlo.

Quiero hacer las cosas lo mejor posible y ayudarle a salir de su malestar. He vuelto a repasar la información de la que dispongo y me he puesto manos a la obra. Así que espero ir notando mejoría de la situación en breve.

Pautas de actuación ante los celos entre hermanos.

Sabéis que para mí, las reglas de oro para todo lo que tenga que ver con mis hijas, su crianza y educación son fundamentalmente dos: cariño y paciencia.

Pero, además de haberme propuesto retomar con más fuerza el dedicarle un tiempo en exclusiva a ella que refuerce su seguridad y autoestima, me han parecido muy interesantes las pautas que os detallo a continuación y que he encontrado en una web de psicología.

  • Es muy importante mantener el equilibrio en el trato a los diferentes hermanos. Evitar el trato de preferencia hacia alguna de ellos y las comparaciones.
  • Siempre es más eficaz alabar los aspectos positivos que recriminarle los negativos.
  • Si los celos suponen un reclamo de atención emocional, debemos ser capaces de dársela fundamentalmente tras las conductas deseadas o positivas, evitando reforzar los episodios de celos.
  • Aumentar el tiempo en actividades y juegos de toda la familia para mejorar la comunicación y estrechar lazos.
  • Responder con tranquilidad a los episodios celosos, sin estridencias ni recriminaciones, comunicarle al niño nuestra decepción por su comportamiento y dejar de prestarle atención. Posteriormente cuando se tranquilice y, según la edad, podemos intentar razonar lo ocurrido y darle la atención emocional. No obstante, “razonar” con el niño celoso (aunque tenga edad suficiente para comprender nuestros argumentos) no funcionará siempre. Debemos entender sus conductas como síntoma de un malestar y no desde la perspectiva adulta.
  • Cuando los celos son del hermano mayor hacia otro de edad inferior puede resultar útil irle recordando de forma sutil las ventajas y “privilegios” que tiene al ser mayor (por ejemplo: acostarse más tarde o poder realizar ciertas actividades). También, para los niños a partir de los 3/4 años aproximadamente puede ser útil darles cierto protagonismo respecto a los cuidados hacia el hermano pequeño y la importancia de su ayuda para la familia. A estas edades puede ser insoportable perder todo el protagonismo debido al recién llegado. Es frecuente que las diferentes personas y familiares que visitan al bebé le dediquen una atención casi exclusiva quedando en segundo término el hermano y acrecentando sus celos.
  • La relación entre hermanos tiene su propio ciclo de desarrollo. Si el clima familiar es emocionalmente estable y equilibrado, los celos puntuales, normalmente son superados y no presentan mayores problemas.

Espero que a las que estéis atravesando un episodio similar al nuestro os sirva de ayuda alguna de estas pautas o al menos os sintáis acompañadas. Estaré encantada de leer vuestras experiencias y consejos al respecto. ¡Nos leemos pronto!

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