En la era de la obsolescencia programada, del usar y tirar, del «voy sin tiempo para nada», hoy vengo a hablaros del crecimiento del amor. Y de que éste puede hacerlo cada día sin límite.
Lo hago desde mi experiencia personal (ayer celebré 7 años de matrimonio) y después de haberlo comprobado en parejas de mi entorno más cercano, como son mis propios padres (38 años casados, nada más y nada menos).