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Querida mamá que trabajas en casa:

   Probablemente no te valores, no des importancia a todo lo que haces en tu día a día. Piensas que es “lo que te toca”. Tu horario no es de 8 horas, ni está establecido mediante un contrato laboral. Tu sueldo son las sonrisas y el bienestar de los tuyos. Consigues que tu casa sepa a hogar cada jornada. Tus vacaciones son, con suerte, un cambio de aires y  de escenario puntual. Pero tus labores no entienden de fines de semana ni de días festivos, puesto que el amor no lleva reloj ni  arranca hojas del calendario.

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