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fiesta hawaiana en un jardín

Papá y mamá se escapan a una fiesta hawaiana con amigos.

¡¡Muy buenos días!! El de hoy será un post diferente a los que suelo escribir. Quizás más personal. En él trataré un «popurrí» de temas. Tal y como es la vida: un batiburrillo de tantos momentos, vivencias y sentimientos que, bien combinados y en sus justas dosis, componen la receta de la felicidad. Como sabéis las que me seguís por redes sociales (Instagram, Facebook y Twitter), el sábado pasado asistimos a una fiesta hawaiana en casa de unos amigos. Ésta va a ser la excusa para hablaros de todo lo que quiero trasmitiros…Seguro que muchas de vosotras os sentís identificadas con mis reflexiones.

Crónica de un sábado noche.

Conciliación.

Las peques estuvieron malitas durante la semana. Admito que fue una de esas «pruebas» que te encuentras en el camino. Profesionalmente hablando, a veces tengo la sensación de estar corriendo en la cinta de un gimnasio. Por más que muevas las piernas no avanzas…Lo cierto es que sí que avanzo, pero me frustra no hacerlo al ritmo que me había marcado. Soy consciente de mi nivel de exigencia en todos los aspectos, y el laboral no iba a ser menos.

fiesta hawaiana para descasar

Aunque nos empeñemos en llegar a todo, una y otra vez nos tropezamos con nuestra realidad. Somos humanas, limitadas y la vida está llena de contratiempos que se encargan de desbarajustar nuestros planes. Pero ¿qué mérito tendría si todo fuera fácil?

Lo cierto es que tengo distintos proyectos en marcha que requieren mucho tiempo. Y de eso, amigas mías, es de lo que ando escasa. ¡¡TIEMPO!! Si no es por un motivo es por otro, pero no logro alcanzar los objetivos que me marco cada semana. Y últimamente he estado especialmente liada por asuntos familiares.

fiesta hawaiana para descansar

Ver los contratiempos como oportunidades.

Por otra parte, todo lo anterior me parece una SUERTE. Tener una familia de la que ocuparse, que requiere de tu presencia y ayuda y, al mismo tiempo, te da tanto. Por este motivo en ocasiones me siento mal por quejarme. Pero, de nuevo, recordemos que somos humanas. Todo este rollo os lo cuento porque, obviamente, teniendo a las dos nenas enfermas os imagináis a donde se fue mi agenda de trabajo…

Gracias a Dios, dispongo de flexibilidad para organizar mi tiempo como me parezca oportuno. Pero la presión de que «todo lo que no hagas hoy tendrás que hacerlo mañana» está ahí. En fin, luces y sombras de la vida de una mujer y madre hoy en día.

No os voy a negar que me llevé las manos a la cabeza cuando vi el panorama. Mis hijas con fiebre y achaques de todo tipo que anunciaban varios días de «hospital de campaña». Un planning profesional en stand by. Pero conseguí darle la vuelta al asunto y centrarme en mi presente con ayuda de mucha lucha interior.

Decidí, una vez más, ver ese «inconveniente» como una OPORTUNIDAD. Ocasión de disfrutar de mis hijas con más intensidad. De pararme y simplemente contemplarlas. De saborear la maravilla de servirles de consuelo cuando están enfermas. Os dejo por aquí el enlace a una publicación que hice ayer en mis redes hablándoos sobre este tema de la contemplación….

fiesta hawaiana para hacer un parón

Mientras le daba la comida a la pequeña, me perdía en sus ojitos y observaba esa carita llena de vida bailando al ritmo de las canciones que le cantaba. Y en esto, amigas, está la belleza de la vida. En estos momentos que nos regalan y nos hacen sentir las mujeres más afortunadas del planeta.

fiesta hawaiana para desconectar despues de una semana dura

Deleitarme analizando cada milímetro del perfil de la carita de mi mayor, mientras observa alucinada sus dibujos preferidos…

A pesar de todo fue una semana dura. Al cansancio de las malas noches y los largos días de atención constante a las enfermitas, se sumaban las horas extra arañadas al día para poder trabajar algo, mis debates internos…

Empeñarse en buscar tiempo de descanso (sola, en pareja, con amigos…).

Una amiga me invitó a disfrutar con ellos de una fiesta hawaiana durante la noche del sábado y no me lo pensé. Fuera como fuera mi marido y yo íbamos a asistir a esa fiesta. Estamos en modo ahorro y no queremos hacer muchos gastos que no sean estrictamente necesarios. Pero considero vital invertir de vez en cuando en descanso, desconexión y enriquecimiento personal. Vital para cada uno, vital como matrimonio.

Así que, no sin dificultades, localizamos a una niñera y lo organizamos todo para escaparnos unas horitas. Admito que me costó mucho marcharme y dejar a mis hijas al cuidado de otra persona estando enfermas. Pero hice lo posible para que no «sufrieran» por mi ausencia. El sentimiento de culpa estaba ahí y hay que luchar contra él, sobre todo cuando es injusto.

Mis hijas estaban bien atendidas y mi marido y yo necesitábamos coger un poco de aire, disfrutar juntos con amigos y descansar durante un ratito. Me costó también desconectar al 100% durante la fiesta. Estuve pendiente del móvil por si surgía cualquier problema. Y, efectivamente, a las horas me llamó la canguro…La mayor se había despertado y lloraba desconsolada llamándome. No quería ni que se le acercara. Y como llevábamos ya unas horas allí y lo vi razonable, se lo comenté a mi marido y volvimos inmediatamente a casa.

Esta fue la mejor manera que encontré de «llegar a todo». Quizás lo suyo hubiera sido desconectar totalmente y olvidarme del móvil…Aunque francamente no me veo capaz de hacerlo. Y menos teniendo a las niñas enfermas. O puede que alguna considere que debería haberme quedado con ellas en casa y no ir a ningún sitio, pero razonándolo con sensatez entendí que era justo y necesario salir…

A pesar de todo os garantizo que logramos disfrutar y mucho. Nuestros amigos nos lo pusieron muy fácil. A parte de su trato y cariño, que siempre es exquisito, habían organizado una fiesta espectacular a la que no le faltaba detalle. Las que me seguís en Instagram pudisteis verlo a través de los vídeos que colgué en stories. Pero a continuación publicaré algunas fotos y os contaré detalles.

Además, conocimos a varios matrimonios que nos resultaron encantadores. Nos reímos muchísimo, comimos rico y pudimos bailar un ratito al son de buena música.

Por otra parte, disfruté de pequeños detalles que tuvo mi marido conmigo a lo largo de la fiesta. Ese estar pendiente y acercarse de vez en cuando por si quería que me sirviera algo más para comer, para ver si estaba bien o me apetecía una copa…Detalles que demuestran que el amor no se toma «descansos». Y que tener presente a la persona a la que se quiere es posible mientras se disfruta entre amigos. Pueden parecer obviedades y seguramente muchas de vosotras disfrutéis de estas atenciones por parte de vuestra pareja. Pero me gusta valorarlas y saborearlas.

Detalles de la fiesta.

Mi look.

Ahora me centraré en detalles más «superficiales». Por una parte, el «dress code» era ir de blanco al menos en la parte de arriba. Le di vueltas para ver que prendas tenía en mi armario que pudieran cuadrar con una fiesta hawaiana. Rápidamente pensé en un vestido que compré el verano pasado en Stradivarius y que me encanta. Es verde militar con estampado floral. Tiene un corte precioso, con escote en pico y el bajo es ligeramente más largo por detrás. Ya os enseñaré el vestido con más detalle en un post de moda que estoy planeando publicar más adelante.

Por encima le superpuse un top blanco de Berhska que también es de hace tiempo y que, aunque es largo y suelto, me lo ceñí con un nudo a la cintura. En cuanto al calzado llevé unas sandalias doradas muy chulas de Unisa, con tacón y plataforma.

Por si refrescaba me llevé una chaqueta vaquera. Y como bolso, el famoso rojo de Parfois que ya me habéis visto varias veces en redes sociales. Cuando llegamos allí nos tenían preparados unos sombreros de paja y un collar de flores muy graciosos que completaban el look para la ocasión. Perdonad por la calidad de las fotos pero con los nervios por el tema de la canguro y demás no me pude parar a hacerme más.

look para fiesta hawaiana

Decoración de la fiesta hawaiana.

En cuanto a la «deco» era absolutamente alucinante. Y os aseguro que los organizadores de la fiesta hawaiana son un matrimonio con dos niños muy pequeños, que trabajan muchísimo y que no paran. Así que aluciné más si cabe con todo lo que fueron capaces de preparar. Muchos de los detalles eran «handmade» y el resto comprado con muy buen ojo.

decoración de una fiesta hawaiana

La fiesta se organizó en el jardín de su casa. Aprovecharon elementos que ya tenían y añadieron otros tantos. Por cierto, si no habéis leído el post que publiqué el otro día sobre la decoración de vuestras terrazas y jardines para este verano, pasaros, que seguro que encontráis ideas chulas.

La sombrillita de paja la tienen fija junto a la piscina y no podía ser más apropiada para la ocasión. Una guirnalda de bombillas atravesaba de lado a lado por encima de la pisci y daba un rollo chulísimo por la noche. Eso y mil velas de distinto tipo colocadas por todas partes. Como veis, cualquier elemento que tengáis en casa os puede servir. Por ejemplo, esa colchoneta con forma de piña que veis apoyada sobre la pared.

Nuestro amigo es muy manitas y está siempre al loro por si encuentra tesoros que pueda aprovechar. Entre ellos se encontró en la basura una caja que convirtió en arcón-nevera para meter las cervezas con un montón de hielos. Es la color turquesa que se ve en la imagen, con ese aspecto envejecido tan guay. La limpió y la pintó. Además le colocó un sistema para abrir las botellas y que mediante unos imanes se quedaran las chapas enganchadas. Increíble…

fiesta hawaiana en un jardín

A continuación podéis ver la estructura que fabricó con una cañas de bambú amarradas con cuerdas donde colocó los sombreros y collares para que los fuéramos cogiendo al llegar. La silla tipo «acapulco» que veís en tono turquesa me tiene enamorada. En la esquinita se aprecia una especie de mesita auxiliar a la que le colocaron un recubrimiento de cañizo que quedaba genial. Y ¿qué os parece el pequeño flamenco? Por la noche le colocaron una velita e iba flotando de un lado a otra en la piscina. ¡Chulísimo!

fiesta hawaiana con decoración hecha a mano

Me gustó mucho el empleo de carritos para poner, en uno de ellos (este vintage que aparece a continuación), un rincón de café y cigarrillos y, en otro, una mesa dulce con chuches. En la imagen a continuación también podéis ver un par de cáscaras de coco que utilizábamos como cenicero. También asoman unas pequeñas pizarritas en las que habían puesto los nombres de cada mesa o de lo que la mesa ofrecía.

detalles de una fiesta hawaiana

Aquí podéis ver mejor la caja-nevera para cervezas y otra de las mesas. En el suelo hay una cesta que también se usó a modo de nevera, al igual que la rodaja de tronco de palmera que e ve al fondo. ¡¡La vaciaron para ello!!

fiesta hawaiana con cena

Y ¿qué os parece el rincón chill out que veís a continuación? Sobre otra rodaja de palmera que habían utilizado a modo de mesita de centro, tenían una cachimba que habían traído los padres de él de un viaje a Egipto. Y en una de las palmeritas podéis ver alguno de los farolillos que emplearon para decorar la fiesta. En concreto de piña, chulísimo.

zona chill out de la fiesta hawaina

También me gustaron mucho los pompones estos que se ven en el porche. Y ¿qué me decís de las sillas? Colores vibrantes y diseños especiales.

guirnaldas de adorno en la fiesta hawaiana

No sé si lo apreciáis bien, pero en la imagen se puede ver una guirnalda de flamencos que se encendía por la noche. Los farolillos que adornaban el cañizo de otra de las «barras» que instalaron tenían unos tonos preciosos. Concretamente, era una mesa de «fajitas» con los ingredientes para que cada uno se preparara la suya. Y aunque aquí no se ve, la parte superior de la barra estaba decorada con tela para cojines con estampado tropical de palmeras. La habían colocado a modo de mantel y quedaba chulísimo. También pusieron ese adorno de tipo tribal que se ve colgado en la pared.

mesa para la fiesta hawaina

Y esto es todo lo que quería contaros de este sábado tan especial que como veis dio para mucho. A continuación os dejo una imagen muy tierna de mi preciosa hawaiana. Las niñas se lo pasaron pipa al día siguiente con el atuendo de la fiesta. ¡Nos leemos pronto! Os espero a diario en mis redes sociales.

mi niña con el disfraz de la fiesta hawaiana

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